sábado, 16 de abril de 2016

LA EDUCACION FINANCIERA EN NUESTROS HIJOS


Lejos de haber descubierto que el dinero nace de los cajeros, los niños tan solo cuentan con nociones de matemáticas cuando sus hábitos de consumo ya están arraigados y otras como lo referente al ahorro es tarea de los padres inculcárselas. Todos nos quedamos atónitos al ver cómo nuestros abuelos caen víctimas de estafas y picarescas, como lo que sucedió con las preferentes, o cómo gente de nuestra generación vive atrapada por la hipoteca porque en su momento se dejaron absorber por la burbuja inmobiliaria y se vieron abocados a compar un piso más allá de sus posibilidades.

Los pasos básicos para suplir esta asignatura que no dan los profesores es, desde una temprana edad, predicar con el ejemplo ante nuestros hijos. Probablemente no nos hagan caso, pero si ven que nuestra relación con el dinero es saludable, es muy posible que la suya también lo sea.
La relación de nuestros hijos con el dinero arranca desde una pronta edad y no a través de lo que les compramos, sino en el mismo momento en que les damos su primera paga. Saber administrársela y dedicar una parte al ahorro les servirá para cultivar ese hábito tan necesario. El momento de abrirles su primera cuenta bancaria debe ser un momento crucial (existen cuentas bancarias para niños, la oferta es muy extensa) y enseñarles a ser consumidores inteligentes.

Una buena educación financiera ayuda a andar seguros por la vida

En la adolescencia, sus responsabilidades cambian y manejan más dinero, incluso empiezan a saber lo que cuesta ganarlo (y mucho), por lo que un buen asesoramiento (no imposición) ayudará a que el tránsito por la vida, totalmente condicionado por el papel moneda, sea lo más llevadero, productivo y predictivo posible.





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